Diálogos en equilibrio. Leo Matiz y Lukas Ulmi Comisaria: Rosa Ulpiano. Del 24 de enero al 13 de junio de 2020. "Desencadena", intervención de Ana Luján, 5 de junio de 2020
Diálogos en equilibrio. Leo Matiz y Lukas Ulmi. Un proyecto que ante la paradójica convivencia de dos medios
aparentemente antagónicos: la fotografía en la modernidad y la escultura contemporánea establece
una lectura donde abstracción compositiva y filosófica reúnen en un acertado equilibrio el espíritu de
búsqueda conceptual y la utopía ascendente de la modernidad.
La muestra presenta por primera vez en España un conjunto de fotografías –serie abstracta-, realizadas
entre finales de los años treinta a los sesenta por el artista colombiano Leo Matiz (Aracataca,
1917-Bogotá, 1998).
Imágenes icónicas como “El pavo real del mar” o espacios arquitectónicos e
industriales, así como elementos de la figuración se deshacen a través de la cámara creando una
ambigüedad paralela “abstracta”, una dimensión ajena a nuestra memoria visual que atraviesa espacios
que el ojo no está acostumbrado a captar. Una serie en el que la experimentación mediante los recursos
ópticos del medio establecen una lectura con la contemporaneidad escultórica de Lukas Ulmi (Lucerna,
1958), como parte de un léxico común todavía vigente.
Considerado el novel de la fotografía colombiana, Leo Matiz fue calificado en 1949 como uno de los diez
fotógrafos más prestigiosos de su tiempo. No en vano, trabajó para las revistas Paris Match, Momentos,
Life o Reader’s Digest en su periplo por EEUU y más tarde en su país para cubrir "El Bogotazo", y la caída de la dictadura venezolana de Marcos Pérez Jiménez junto a
Gabriel García Márquez. Por su lente pasaron grandes personajes de la Historia como: Frida Kahlo, Diego
Rivera, Siqueiros, Orozco, Marc Chagall, Celia Cruz, María Félix, Esther Williams, Luis Buñuel, Fidel
Castro o Tina Modotti, entre otros; dejándonos un legado considerado uno de los registros visuales e
Históricos más importantes del siglo XX de Colombia y América Latina.
Lukas Ulmi desarrolla otra vuelta de tuerca, introduciendo nuevamente los elementos encontrados, de igual
modo que el fotógrafo encuentra el instante o la forma precisa, creando nuevas formas donde la
geometría sigue siendo el motivo central. Maderas, hierros que se redoblan en estas nuevas esculturas
donde la participación del espectador, lo moviente, el equilibrio y el efecto visual y lumínico
-característico todo ello en la trayectoria de Ulmi- son todavía definitorias. La escultura por
momentos sugestiva, recorre una línea a través de la sala que interpela al visitante a través de la
fotografía de Matiz, impulsándolo hacia un nuevo registro, una vuelta a la contemporaneidad.
Geometrías donde convergen arquitectura y arte, erigen un registro impecable de la forma y el
pensamiento a través de la síntesis del material y la construcción. Los personajes que se mueven por los
andamios, se personalizan metafóricamente en el visitante que recorre las esculturas, cual poética matiziana.
La aparente fragilidad de la escultura de Ulmi revela una dicotomía entre límite e
infinitud, peso y levedad, un instrumento de expresión que nos introduce en el espacio material, en
una realidad física para lanzarnos inmediatamente a través del juego óptico retiniano hacia la
abstracción.
Escultura y fotografía dialogan a través de las manos, porque como decía Matiz sus fotografías
son como esculturas trabajadas en el laboratorio, la habilidad de las manos es la que va a dar los
tonos, como la modelación de la escultura. Y el instante, a través de los reflejos de la luz juegan
con nuestra retina en una serie escultórica que Ulmi homenajea titulándola “Matiz”. Deferencia a
ese Universo matiziano, con el que conversa y cuya calidad de los diversos códigos escultóricos,
matemáticos, poéticos, físicos, geométricos o visuales, transforman el conjunto expositivo en
fragmentos de un arquetipo mayor, un meta-lenguaje.
Dos registros, dos miradas diferentes en espacio y tiempo pero ambas en equilibrio dentro del
paradigma insoluble de una misma realidad, la abstracción.
Rosa Ulpiano. Comisaria